Leer Para Sanar

Este programa, ejecutado en convenio entre Méderi y Fundalectura, abarca la adquisición, organización, conservación y suministro de materiales y servicios bibliotecarios que pueden, conforme a las necesidades de cada paciente, contribuir a la atención integral para su recuperación, dar seguridad y alivio a su pérdida de autonomía, contribuir al mejoramiento de su rendimiento cognitivo y funcional, evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales.

La función principal de “Leer para sanar” radica en la posibilidad de facilitar libros de distintas temáticas a pacientes y visitantes para que su estadía en nuestros hospitales sea más confortable, amena y provechosa.

Inicialmente “Leer para sanar” va dirigido a los pacientes que se encuentran en los pisos de hospitalización de los hospitales Méderi. En cada sede se ha estructurado un espacio para el almacenamiento del material y se capacitó a tres promotores (dos para el Hospital Universitario Mayor y uno para el Hospital Universitario de Barrios Unidos) quienes se desplazarán por los pisos ofreciendo a pacientes y familiares la posibilidad de un acompañamiento a través de un libro.

Reencuentros


Hospital Universitario Mayor
Promotor de lectura: Andrés Monroy

El reencuentro con los pacientes hace que salga a la luz lo significativo que ha sido el programa de Leer para sanar en el tratamiento y el cuidado que brindamos en Méderi.

Este mes volví a ver a dos pacientes que han estado en el hospital. La reacción de los dos fue de intensa alegría, por que el recuerdo que tienen de Méderi está asociado con las páginas de un libro. El primer reencuentro sucedió a principios de agosto cuando visité la Unidad de Cuidados Coronarios y visité a la sra. Gladis que en cuanto me reconoció habló de su anterior hospitalización y de lo agradecida que estaba por los libros que pudo leer en el octavo piso. Ese día, a pesar de no tener sus gafas para ver de cerca, la sra. Gladis me pidió que le dejara en préstamo un libro con letra grande, para entretenerse.

Por otro lado, con otros pacientes se han construido relaciones fraternales cimentadas en la lectura en voz alta. Ese es el caso de don Campo Elías, paciente frecuente del octavo piso, con el que me reencontré a finales de mes. A pesar de tener un procedimiento permanente en su garganta que hace que se le dificulte un poco hablar, don Campo Elías al verme llegar, se esforzó y con una sonrisa luminosa me saludo así: “No deje para mañana lo que puede hacer hoy”. Este inusual saludo, tiene mucho significado para nosotros dos, ya que el libro de “Refranes Populares” fue el primero que le leí a don Campo Elías antes de que le realizaran una intervención quirúrgica, un año atrás.

En estos dos casos mi corazón se divide en dos, porque por un lado me alegra mucho volver a ver y compartir con los amigos la magia de los libros. Pero por otro lado, un sentimiento de tristeza me inunda al saber que el cuerpo de cada uno es frágil y necesita de una atención especializada.