Leer Para Sanar

Este programa, ejecutado en convenio entre Méderi y Fundalectura, abarca la adquisición, organización, conservación y suministro de materiales y servicios bibliotecarios que pueden, conforme a las necesidades de cada paciente, contribuir a la atención integral para su recuperación, dar seguridad y alivio a su pérdida de autonomía, contribuir al mejoramiento de su rendimiento cognitivo y funcional, evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales.

La función principal de “Leer para sanar” radica en la posibilidad de facilitar libros de distintas temáticas a pacientes y visitantes para que su estadía en nuestros hospitales sea más confortable, amena y provechosa.

Inicialmente “Leer para sanar” va dirigido a los pacientes que se encuentran en los pisos de hospitalización de los hospitales Méderi. En cada sede se ha estructurado un espacio para el almacenamiento del material y se capacitó a tres promotores (dos para el Hospital Universitario Mayor y uno para el Hospital Universitario de Barrios Unidos) quienes se desplazarán por los pisos ofreciendo a pacientes y familiares la posibilidad de un acompañamiento a través de un libro.

La huella de la memoria

"A la rueda, rueda..." Pedro Cerrillo, ilustrado por Noemí Villamuza


Hospital Universitario Mayor
Promotor de lectura: Andrés Monroy



Los promotores de lectura visitamos desde hace unos meses la Unidad de Cuidados Coronarios del Hospital Universitario Mayor para acompañar y permitir que los pacientes y los acompañantes puedan tener un momento ameno durante la recuperación.

La sra. Dora acompañó a su mamá durante su recuperación en esta unidad y un día al escuchar la información del programa de Leer para sanar, le pareció una buena idea dejar el libro de poesía “A la rueda, rueda…” para leer mientras su mamá dormía. Cuando pasé en la tarde a recoger el libro, la sra. Dora me comentó:

 “Muchas gracias, el libro me hizo recordar las canciones de mi infancia, cuando jugaba con los niños en el patio del colegio”

Al escuchar está experiencia, me hizo pensar que la Sra. Dora vio en las paginas del libro uno de los capítulos de su  vida y sintió por un momento las risas del juego en su infancia, algo que nos suele pasar a los lectores cuando encontramos una huella de la memoria en las páginas de un libro.